lunes, 9 de marzo de 2015

En Caritas


Ella preguntó entre lágrimas
¿Adónde iremos?
En Caritas nos conocen demasiado,
robar naranjas dejó de ser el sueño adolescente,
y tirar currículos es tirar por tirar
el sudor prometido.

La gente de mi edad odia dar besos
al estar cansada de ellas mismas,
y la guerra de clases se convirtió
en el eslogan de un banco
como quien paga con tarjetas negras
la ciénaga de tu confianza.

La madre maltratada, el hijo exiliado,
palomas negras, domingos que ya ni vale maldecir a Cristo.

¿Dónde iremos?
El futuro es hipotecado,
somos caballos que en sus lomos
llevan el lujo de otros
y seguir a rastras no es vivir
porque vuela la dignidad
como flor de algodón
de cada sonrisa muerta.

Ella preguntó:
¿Adónde iremos?
y las lágrimas suyas, volvían a mí,
este sistema es un niño que todo promete,
pero nace muerto,
y el amor no puede sujetarse

con tantas soledades humilladas.

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