domingo, 21 de abril de 2013

Mi mundo grita desde el locutorio



El mundo se va muriendo
y me pide un beso tuyo antes.

La gente ambiciona la lucha de lo correcto
pero yo sueño con cerrar tus ojos.

Porque cuando dices;
los pobres, los ricos,
el dinero te ha ganado la partida,
y la gente es marea
que te arrastra a sus miedos
desde una inmensidad negra.

El mundo grita
y tu voz es el silencio,
con esto no quiero decir
que levantes la palabra de su manto
sin poder ser antes
paloma que aprende
a volar a ciegas.

Por eso amor,
arriesga y sueña que el sentimiento
sea lucha;
ten un cuchillo en una mano
y en la otra una rosa,
no me ofrezcas directamente tu corazón,
dame el ideal
por el cual la vida es bella,
por el cual juntos luchamos
desde la sombra.

No hay más enemigos que tú,
en el tórrido verano del 97
no hay más salida, amor,
no busques en el empresario
ni en el terrorista;
no hay brazos
cargando láminas de cristal
cuando tus labios rozan
la ceniza y el pus en la mejilla amada.

No hay más profundidad
que tus ojos, carbón helado,
como reflejo de una enredadera dentro,
muy dentro
del hueco donde deshabito.

Tú coqueta y yo río,
que quieres recoger las miradas
latiendo más allá,
presumes dulce entre los bastardos hombres
y su infidelidad que anuncian
los periódicos.



1 comentario:

infausta dijo...

Hay mucho grito encerrado en tu poema. ¿El mundo que se va muriendo también se muere en esos ojos que el poeta quiere cerrar? Carbones y cuchillos, ceniza y pus... se esconden en medio de palabras dulces; ¿cómo un hombre puede hablar dulce, cuando está reprendiendo o amonestando? Es como si amonestara ligeramente, no tanto, sólo dulce y delicadamente. Curiosa mezcla de sensaciones y de forma de transmitirlas. Un abrazo.