miércoles, 12 de enero de 2011

Tanto dolor


Tanto dolor estalla en las aceras,
que mi grito huérfano quisiera remendar,
al viejo cuyo rostro es pergamino de vivencias,
y manos manchadas de vino, sangre y metal,

¿ Cómo podríamos alentar del vacío más profundo?
¿cómo alzar a la muerte de quién sólo siente decepción?
toma mi mano y dibujemos el mundo,
con los colores vivos de tus ojos sin color.

Lo volví a ver vomitando en la esquina verdades,
tan curdas que a la verdad asustaba,
y tal vez si todos un día llegásemos a ser iguales,
él volvería a se un ángel exiliado del país de las hadas.
en el mundo de paraísos dolientes,

Cuando te falta lo esencial buscas refugio en el éxito,
pero hay quien grita a contracorriente
con la luz desfallecida del desencanto eterno.
le dejé una monedas y me fui,

Él tocó para mí el himno de Valencia,
a mí me dio por perseguir esa tarde,
la reclusión de gente que no ve a aquellos
que buscan de la nada, la belleza.

¿Cómo poder desnudar la desnuda
alma de peregrinos de asfalto,
de niños sin raza, de madres que barren
donde el amor no reposa, la mierda de tus pasos?

¿Cómo cubrir de poesía los brazos destartalados
de la adolescente preñada, de inmigrantes que miran al Sur,
y el amparo de putas en habitación de banderas blancas
donde se alquila la luz?

Al día siguiente, le escribí estos versos y le di esperanza
al mismo viejo que en la calle tocaba la flauta,
Él recibió el poema, ( creo que no lo leyó)
yo me fui a los altos edificios donde dicen que existe al vida,
donde tampoco hoy se pondría el sol…

Y me fui...