miércoles, 3 de junio de 2009

Nunca es siempre olvido


Nunca es siempre olvido,

Dolor de las heridas
que se maquillan
con el ansia prohibida
de escapar entre tus piernas,
al firmamento que eternamente
quisieron mis dedos.

La vida es el almanaque
del regreso a Valencia,
“ese Rio Turia querido”,
ideal del arte
cuando se desploman las fronteras
si no estás conmigo,
y la palabra que nos da el aire,
también nos encadena.

Estoy cansado de recorrer
caminos muertos,
de no encontrar inocencia,
¿qué canto es el espanto
de mis pasos?
¿qué boca se abre loca
ante tu cuerpo?

Cansado de ser miembro
de una procesión invisible
de espíritus enlutados,
cansado de dibujar corazones
de plata y negar que los días 24,
mi alma cumpleaños.

Nunca es siempre olvido,
si te digo que te quise
confía en mi cariño,
que es difícil el amor
en los días en los que el capital
gana al peón de un ajedrez
como quien lanza piedras
al juzgado o a la oficina del INEM
mientras se seca tu rosal.

Nunca es siempre olvido.

Te amaré


Te amaré
Con las fuerzas que me faltan,
Te amaré
Con la belleza que imaginé,
Con la dulzura que no tengo,
Tras el día que nunca llegará.

Te amaré,
Bailando el vals de los desesperados,
Con la quimera de tu cuerpo desnudo,
Preguntando “porqué”, preguntando…
Con los zapatos rotos que abandonaron
Después de la canción más triste,
Que un día oiremos

Te amaré,
Como el poeta que se adueña
De un sentimiento,
Cual fiel paso de mis manos,
Que se abren al mundo y los ángeles,
Te amaré,
Con el aguardiente de la vida,
La quintaesencia del amor,
Con la ventana de mi habitación
Abierta.

Te amaré
Serena y tierna,
Aunque nos mintamos
Te querré,
Con la prenda de tu calor,
En la despedida
¿qué haré,
si de abismos
se tiñe mi boca
al verte siempre en la otra orilla?

Te amaré, niña, te amaré.